domingo, 14 de agosto de 2016

EL PEREGRINO

CUANDO EL HOMBRE ES LABERINTO






Esta vida es un laberinto. Para que la travesía sea segura, confía ciegamente en Dios, con verdadero amor y sin hipocresía.

" Nacemos por así decirlo provisionalmente en alguna parte. Poco a poco componemos en nosotros mismos el lugar de nuestro origen, para nacer allí después, y cada día más definitivamente". ( Rainer María Rilke ).

En el umbral del laberinto, el peregrino sabe perfectamente que comienza una búsqueda de si mismo y se dirige hacia su luz interior.
 
Un laberinto es un camino de danza escrito en el suelo. El peregrino verá que el laberinto de Chartres, como el de Amiens y, antes de su destrucción, el de Reims, no es realmente un laberinto, pues es imposible extraviarse en él. Un solo camino lleva al centro. Así sucede con todos los laberintos conocidos de las iglesias de Nuestra Señora. ( Charpentier).

Y el peregrino ha comprendido que el zodíaco es música, que el zodíaco es medida, que es su cuerpo, del que puede tomar la medida. Naciendo en un instante del tiempo y en un lugar del espacio, al mismo tiempo se encarna y se orienta. Implantado en un lugar preciso, el sol naciente proyectará una sombra que permitirá trazar la planta de la futura iglesia, su templo interior. ( Laurence Fritsch- Griffon ).

Sólo el fuego interior del peregrino le llevará hacia su objetivo. Pues el objetivo define el viaje, que tiene la magnitud del deseo del ser.


martes, 9 de agosto de 2016

ESCULAPIO, EL HIJO DE APOLO.

ASCLEPIO LE LLAMÓ SU PADRE. EL SANADOR.








Asclepio aprendió el arte de la curación tanto de su padre, Apolo , como de Quirón. Llegó a ser tan hábil en la cirugía y en el empleo de medicamentos que se le venera como el fundador de la medicina. no solo curaba a los enfermos, sino que además Atenea le dio dos redomas con sangre de la gorgona Medusa; con la extraída de las venas de su lado izquierdo podía resucitar a los muertos, con la extraída de su lado derecho podía matar instantáneamente.

Como todas las grandes deidades, Apolo es un dios asociado con muchos otros ámbitos además de la sanación, aunque su forma particular de sanar es inseparable de sus otras funciones y atributos. A menudo es entre los miembros de la generación siguiente, entre los hijos de los olímpicos, donde encontramos divinidades más especializadas. Así, es Esculapio, hijo de Apolo, el que destacará como el dios de la sanación. Su poder procede de su padre. Incluso en Epidauro, el lugar más identificado con Esculapio, su templo se levanta sobre las ruinas de un antiguo templo de Apolo. El santuario de Esculapio en el valle, benigno y pacífico, en la época clásica se dominaba con la vista desde un templo de Apolo levantado en la cima del monte. Mucho tiempo atrás Apolo, como Apolo Maleatus, había él mismo sanado a los enfermos visitándolos en sus sueños. Pero cuando Apolo se convierte en el Apolo de Delfos, tales visitas acaban resultando incongruentes. Ahora es otro dios, su hijo, el que realiza apariciones nocturnas.



La historia del nacimiento de Esculapio recoge muchas de sus características. Era el resultado de una aventura amorosa entre Apolo y una hermosa mortal llamada Coronis, nieta de Ares, dios de la guerra, y hermana de Ixión, el primer asesino humano. La genealogía une de nuevo los temas de sanación y muerte. Según la versión más citada, cuando Coronis descubrió que estaba embarazada, decidió encontrar un mortal con el que poder casarse y legitimar a su hijo. Apolo, enojado porque una mujer prefiriese un marido humano a un amante divino, envió a Artemisa a matar a Coronis y sus damas de honor; él mismo mató al mozo. No queriendo que su hijo pereciera en esa matanza, Apolo, haciendo
de cirujano y comadrona, abrió las entrañas de su querida moribunda para rescatar al niño ya desarrollado, y de este modo nace Esculapio, salvado de la muerte para que pueda crecer y sanar a otros.
Esculapio fue cuidado por Quirón, el centauro sabio que también fue maestro de Jasón, Aquiles y Acteón. Los centauros, criaturas con cuerpo de caballo y hombros y cabeza de hombre, descendientes de Apolo o tal vez de Ixión, eran salvajes y temibles. Pero Quirón, cuya genealogía es distinta ya que, como Zeus y muchos olímpicos, es hijo de Cronos, era sabio y amable. En su caso, su naturaleza animal parecía aportarle una conexión con la sabiduría instintiva y una honda comprensión de la condición corporal, que resaltaba en sus dotes como cazador, escultor y sanador. A diferencia de los otros centauros, Quirón era inmortal. Pero durante la batalla de Hércules contra los centauros, Quirón fue herido por una flecha untada en la hiel venenosa de Hidra, a la que Hércules había matado mucho antes. Esta herida era profunda, dolorosa e incurable. De hecho, su dolor era tan persistente que Quirón acabó lamentando una inmortalidad de la que no podía escapar. Es como si los dones de sanación del centauro estuvieran vinculados a su propio destino. " El Espejo del Yo".





Quirón representa algo distinto: el sanador todavía herido. Esto sugiere que nuestras heridas no son algo que haya que dejar de lado, superar, esconder, sino una parte integral de nuestro ser. Ello no significa que estar herido sea la verdadera salud, sino que la aceptación de nuestras heridas forma parte de la verdadera salud, como lo es la aceptación de que algunas heridas sanan y otras no.

En varias ocasiones, quizá recordando la injusta muerte de su madre, Esculapio empleó la poción mágica para traer de nuevo a la vida héroes injustamente castigados por los dioses, héroes enviados prematuramente al Hades.
Zeus, enojado con Esculapio por la insolencia de transgredir la frontera entre la humanidad y los dioses, le golpeó con sus rayos y lo envió al Hades, para que, aun siendo dios, pudiera experimentar por sí mismo el destino de los mortales. De este modo, Esculapio es el único dios de la mitología griega que experimenta la muerte.
Así pues, para los griegos el dios de la sanación es el que conoce qué es morir.
Aunque su estancia en el Hades fue sólo temporal, y aunque pudo experimentar la mortalidad sin mermar su inmortalidad, la experiencia de Esculapio de ser vulnerable a la muerte hizo que a los griegos les pareciera un dios más amable benévolo que ningún otro.





Los griegos creían que cuando dormimos nuestra psique, que permanece quieta durante la vida diurna, se vuelve activa. La psique es lo que sueña y lo que perdura después de la muerte de nuestro cuerpo viviendo en el Hades. «Psique» representa el núcleo de nuestro ser individual, nuestra esencia personal, lo que se encontrará con el dios. La psique ve los sueños y los recibe; los sueños son enviados por el dios, son teofanías. En el ritual de Esculapio, la epifanía, la aparición del dios en un sueño, se consideraba el acontecimiento sanador. Su llegada señalaba la transición entre la enfermedad y el retorno a la salud. Toda cura era un acto divino, un misterio, que sólo podía suceder en la oscuridad. En Epidauro, a diferencia de Delfos, era el paciente el que tenía la visión sanadora, en vez del sacerdote o la sacerdotisa. La propia visión realizaba la cura; no había necesidad de interpretación o de una acción basada en lo que prescribía el sueño.

Después el paciente ofrecía una canción de alabanza agradeciendo lo que había recibido y sacrificaba un gallo al dios como muestra de que la luz había vencido a las tinieblas y la salud a la enfermedad. A pesar de su reconocimiento del poder decisivo de las divinidades del submundo, Esculapio sigue siendo un hijo de Apolo, dedicado a la vida de la soleada tierra y a la lucha -nunca definitivamente victoriosa-contra la muerte.





lunes, 8 de agosto de 2016

EL ORÁCULO DE DELFOS

EL PRIMER TEMPLO SE CONSTRUYÓ CON CERA DE ABEJAS Y PLUMA.






El oráculo de Delfos perteneció primeramente a la Madre Tierra, según Robert Graves, quien designó a Dafnis su profetisa; y Dafnis, sentada en un trípode, aspiraba los vapores de la profecía, como sigue haciendo la sacerdotisa pitia. Algunos dicen que la Madre Tierra cedió posteriormente sus derechos a la titánide Febe o Temis, y que ésta los cedió a su vez a Apolo, quien se construyó un templo con ramas de laurel llevadas de Tempe. Pero otros dicen que Apolo le robó el oráculo a la Madre Tierra después de matar a Pitón, la serpiente guardián del oráculo.







Se dice que en Delfos se construyó el primer templo con cera de abejas y pluma; el segundo, con tallos de helecho entrelazados; el tercero, con ramas de laurel; que Hefesto construyó el cuarto de bronce con aves canoras posadas en el techo, pero que un día la tierra lo tragó; y que el quinto, construido con piedras labradas, fue destruido por el fuego en el año de la quincuagésima-octava Olimpiada y fue reemplazado por el santuario actual.







Apolo predicó la moderación y suavizó su turbulento frenesí y ha hecho célebres las frases " Conócete a ti mismo " y " Nada con exceso ", que estaban constantemente en sus labios.
Dicen que Apolo era un dios de los " Hiperbóreos " ( Hombre de más allá del Viento del Norte) a los que Hecateo identificó con los británicos.

Apolo, entre los Hiperbóreos, sacrificó hecatombes de asnos, lo que lo identifica con el Niño Horus, cuya victoria sobre su enemigo Set celebraban anualmente los egipcios arrojando onagros sobre un precipicio.

Parece que ciertos helenos del norte, aliados de los tracio-libios, invadieron la Grecia central y el Peloponeso, donde se les opusieron los adoradores pre-helénicos de la diosa Tierra, pero se apoderaron de sus principales templos oraculares. En Delfos, destruyeron la sagrada serpiente oracular y se hicieron cargo del oráculo en nombre de su dios Apolo Esminteo ( ratón sanador). Los invasores convinieron en identificarlo con Apolo, el Horus Hiperbóreo, adorado por sus aliados. Para aplacar a la opinión local de Delfos se instituyeron juegos fúnebres regulares en honor del héroe o heroina Pitón y mantuvieron en su puesto a la sacerdotisa.



La muerte de Pitón por Apolo no es, sin embargo, un mito tan simple como parece a primera vista, porque la piedra OMPHALOS en que se sentaba la Pitonisa era tradicionalmente la tumba del héroe encarnado en la serpiente y cuyos oráculos ella pronunciaba. El sacerdote heleno de Apolo usurpó las funciones del rey sagrado, quien legítima y ceremonialmente, había dado muerte a su predecesor, el héroe. Esto lo demuestra el rito de las Estepterias del que queda constancia en " Por qué los oráculos guardan silencio" de Plutarco.






En la época clásica la música, la poesía, la filosofía, la astronomía, las matemáticas, la medicina y la ciencia se hallaban bajo la dirección de Apolo. Como enemigo de la barbarie, defendía la moderación en todas las cosas y las siete cuerdas de su lira estaban relacionadas con las siete vocales del alfabeto griego posterior y tenían significado místico; se las utilizaba en la música terapéutica. A causa de su identificación con el niño Horus, concepto solar, se le adoraba como el sol y a su hermana Artemisa, con la luna. Robert Graves en Los Mitos Griegos.

domingo, 7 de agosto de 2016

MITOS DE LAS RAZAS.

SOMOS LA RAZA DE HIERRO








Leyendo a Hesiodo en Los Trabajos y los días. Parece que no pasa el tiempo. No hemos cambiado, somos previsibles.

De oro fue la primera raza de hombres perecederos creada por los Inmortales, moradores de las mansiones olímpicas.
Existían en tiempo de Crono, cuando este reinaba en el cielo. Igual que dioses vivían, con el corazón libre de cuidados, lejos y a salvo de penas y aflicción. La mísera vejez no les oprimía, sino que, pies y manos siempre inalterables , se gozaban en festines, exentos de todos los males. Morían como vencidos del sueño. Bienes de toda índole estaban a su
alcance: la fecunda tierra, por sí sola, producía rica y copiosa cosecha: ellos, contentos y tranquilos, vivían de sus campos entre bienes sin tasa. Una vez que la tierra cubrió esta raza, desde entonces ellos son, por voluntad de Zeus supremo, los Genios buenos, terrestres, guardianes de los mortales hombres, los que vigilan sentencias y perversos
actos, y vestidos de bruma se extienden por toda la tierra —distribuidores de riqueza: tal es la dignidad real que
recibieron .



Una segunda raza, con mucho inferior a la primera, la de Plata, fue después creada por los moradores del Olimpo. Ni en forma ni en espíritu semejaba a la de Oro. Durante cien años, el niño, al lado de su madre buena, crecía entre juegos, en plena infancia y en su hogar. Mas cuando avanzaban en edad y llegaban al comienzo de la adolescencia, su vida ya
duraba breve tiempo, y sufrían dolores por sus locuras. No sabían abstenerse de recíproca insolencia arrebatada. No querían servir a los Inmortales, ni ofrecer sacrificios en los santos altares de los Bienaventurados, como es ley entre los hombres repartidos por moradas. A estos luego Zeus Cronión los sepultó furioso, porque no daban honores a las felices
deidades que el Olimpo habitan. Desde que la tierra cubrió también esta raza, ellos son llamados por los mortales "Bienaventurados del Infierno", Genios de segunda fila; pero aun así también a ellos algún honor les acompaña.




Y Zeus Padre creó a su vez la tercera raza de mortales hombres, la de Bronce, en nada parecida a la de Plata. Hija aquella del fresno, terrible y fuerte. Se ocupaban en las obras luctuosas de Ares  y en las osadías. No comían pan; de duro acero tenían implacable corazón, e inspiraban miedo. Grande era su fuerza, invencibles sus brazos, que en los
hombros se aplicaban sobre robustos cuerpos . Eran de bronce sus armas, de bronce también sus viviendas, y con el bronce trabajaban, pues el negro hierro no existía. Sucumbieron aquellos por sus propios brazos, y marcharon a la pútrida mansión del escalofriante Hades , privados de nombre. La negra Muerte los cogió, a pesar de que eran
temibles, y abandonaron la esplendente luz del Sol .




Luego que la tierra cubrió a su vez esta raza, Zeus Cronida creó sobre la gleba nutricia aún otra, la cuarta, más justa y más valiente, la raza divina de los Héroes, que llaman Semidioses, la generación que nos precedió en la infinita tierra.
Y a estos los hizo morir la maldita guerra y la lucha cruel: a unos, bajo los muros de Tebas, la de Siete Puertas , en el país Cadmeo , combatiendo por los rebaños de Egipto ; a los otros, más allá del gran precipicio del mar, en Troya , donde la pelea los llevó en las naves, por culpa de Helena, la de lindos rizos . Allí los envolvió la muerte en su final. A otros, Zeus Cronida y Padre los estableció lejos de los hombres, instalándolos en los confines de
la tierra. Allí viven ellos, con el corazón libre de cuidados, en las islas de los Afortunados, en los bordes del voraginoso Océano, felices héroes a quienes la fecunda tierra da tres veces al año dulce y floreciente fruto .





¡Ojalá no me tocara vivir a mi vez entre los hombres de la quinta raza! ¡O muerto antes, o nacido después! Pues ahora es la raza de Hierro. Ni de día cesarán de sufrir fatigas y miserias, ni dejarán de consumirse por la noche, en que los dioses les darán insoportables angustias . Mas, con todo, también estos verán mezclados algunos bienes con sus
males. Zeus pondrá fin así mismo a esta raza de perecederos hombres: cuando nazcan con las sienes blancas. El padre no será parecido a sus hijos, ni los hijos a su padre. Ni el huésped será ya querido por el huésped, ni el amigo por su amigo, ni el hermano por su hermano, como antaño. Despreciarán a sus padres tan pronto como envejezcan. Se
quejarán de ellos, profiriendo frases injuriosas—¡malvados!—, ni siquiera por los dioses sentirán respeto. Y a sus ancianos padres les negarán el alimento debido por haberles criado, gentes cuyo derecho es la fuerza; cada cual saqueará la ciudad de otro . Ningún valor tendrá el juramento, ni la justicia, ni el bien, y honrarán más al ejecutor de crímenes y violencias. El derecho estará en la guerra y la conciencia no existirá. Atacará el cobarde al varón valiente, hablándole con torcidas razones, a las que pondrá falso juramento. A los infelices hombres, sin excepción, los acosará la Envidia de siniestros ecos, gozadora del mal, la de odiosa faz .


LA ESPERANZA SE QUEDÓ ENCERRADA EN LA CAJA DE PANDORA

PROMETEO NOS CONSIGUIÓ EL FUEGO






Atlante era hermano de Prometeo y se puso en contra de Zeus. Era el padre de las Pléyades, las Híades y las Hespérides .Zeus le condenó a sostener el Cielo sobre sus espaldas durante toda la eternidad porque se enfrentó a los dioses del Olimpo.
Prometeo era más juicioso que su hermano Atlante y prefirió luchar al lado de Zeus, convenciendo a su hermano Epimeteo que hiciese lo mismo.
Prometeo era muy sabio y tenía a su favor a Atenea, quien naciendo de la cabeza de Zeus, le enseñó la arquitectura, la astronomía, las matemáticas,  la navegación, la medicina y otras artes útiles que nos transmitió a la humanidad.
Zeus, que decide extirpar a toda la raza humana, celoso de sus aptitudes y facultades, la perdona porque Prometeo se lo pide.
Prometeo engaña a Zeus al repartir las partes de un toro sacrificado, entregando la peor parte a los dioses para favorecer a la raza humana. Zeus, se enfada y dice: Que coman carne cruda!. Fue entonces cuando, ayudado por Atenea, entra en el Olimpo y roba el fuego para los hombres.







MITO DE PANDORA. LA RUINA DEL HOMBRE. Hesiodo. " Los trabajos y los días ". 

Los dioses tienen oculta la Vida  a los hombres ; si no, fácilmente trabajarías en un solo día lo bastante para tener hacienda por todo el año, sin necesidad de proseguir la faena. Pronto colgarías el timón bajo el humo, y se acabarían trabajos de bueyes y mulos incansables .
Mas Zeus ocultó la Vida—irritado en su corazón—ya que le había chasqueado Prometeo, el de ingenio sutil . De ahí el porqué comenzó a maquinar contra los hombres tristes pesares, y ocultoles el fuego. Pero de nuevo el valiente hijo de Japeto en honda férula  se lo robó al prudente Zeus, para dárselo a los hombres, engañando así al dios  que se goza en el rayo.
Y enfurecido, le dijo Zeus que amontona nubes :
"¡Hijo de Japeto, que a todos superas en astucias, te alegras de haber robado el fuego, burlando mis designios! ¡ Gran azote para ti, y para los hombres venideros! ¡ A ellos, yo, en lugar del fuego, les daré un mal, con el que todos se gocen de corazón, abrazando a la vez su propia ruina!
Así dijo, y rompió a reír el padre de hombres y dioses ; ordenó a Hefesto  que al punto mezclase tierra y agua, le infundiera voz y fuerza de un ser humano y formase, parecido a las diosas inmortales, un hermoso y adorable cuerpo de virgen. Mandó después que Atenea  la instruyese en sus labores, en el tejido de primorosas telas; y que la dorada
Afrodita  circundase de gracia su frente, imprimiéndole el doloroso deseo y las ansias que devoran los miembros. A Hermes —mensajero matador de Argos — encargó que le infundiese espíritu de perra y corazón ladino.






Dijo así, y todos obedecieron al soberano Zeus, hijo de Crono. Al punto el famoso cojo modeló con tierra la forma de una casta virgen, según los dictados del Cronida. La diosa ojiglauca Atenea le ciñó la cintura y completó su adorno. Alrededor de su cuello, las Gracias divinas  y la augusta Persuasión  pusieron collares de oro. Y en torno a ella, las Horas de lindos bucles  dispusieron guirnaldas con florecillas primaverales. Fue Palas Atenea,
la que le ajustó al cuerpo todo el aderezo.

El mensajero Argifonte  forjó en su pecho mentiras, palabras falaces y un corazón ladino, cumpliendo el designio de Zeus, que truena sordamente. Por último, el heraldo de dioses la dotó de la palabra, y dio a esta mujer el nombre de
Pandora , porque todos los moradores de las mansiones olímpicas obsequiaron con tal regalo, procurando la ruina a los hombres que de pan se alimentan .
Una vez hubo concluido el señuelo fatal, irremediable, el Padre envió en busca de Epimeteo , al ilustre Matador de Argos—con el regalo de los dioses—, sí, al veloz mensajero. No pensó Epimeteo en lo que Prometeo le había
avisado: nunca aceptar obsequio de Zeus Olímpico; devolverlo en cambio a su origen, para evitar así un mal a los mortales. Mas él después de aceptarlo, cuando ya tenía el mal consigo, lo advirtió.
Y es que otrora vivía en la tierra el género humano, lejos y libres de males, libres  de la dura fatiga y de enfermedades dolorosas que dan a los hombres la Muerte —pues los hombres envejecen pronto en la desdicha .
Pero la mujer, quitando del vaso la gran tapadera, los esparció , y maquinó para los hombres tristes congojas. Sola, allí dentro quedaba la Esperanza , en indestructible mansión, bajo los bordes del vaso—y no voló fuera: antes le puso Pandora la tapa, según designios del egidíforo Zeus , el que nubes reúne. Con lo que son incontables las penas
que vagan entre los hombres: pues llena está la tierra de males, llena la mar. Morbos caen sobre los hombres, de día, o les visitan sin más, en la noche, llevando el dolor a los mortales—en silencio, que les quitó la voz el prudente Zeus.
 Así no hay modo de esquivar el pensamiento del dios .

Este texto, te hace reflexionar sobre la espera y la Esperanza. Un bien o un mal. Es una desdicha que quedó atrapada en esa jarra, en esa caja? Qué había dentro de esa jarra? Bienes o Males? La Esperanza no es una acción, es todo lo contrario, es un dejar de hacer. Nuestra voluntad desaparece para entregarla a la Esperanza, esperando que lo resuelva.
Pero, es un engaño más, no se va a resolver. Puede durar toda una eternidad y se transformará en Olvido. Hoy, reflexiono sobre ello debido a circunstancias donde las respuestas son " No nos queda más que esperar". 
Prefiero las decisiones de Prometeo, que roba el fuego, el fuego es acción. No quiero el Olvido, no lo quiero para nadie.Nuestra memoria son esas estrellas que observamos, todos nosotros estaremos allí algún día, iluminando nuestras noches e iluminando a los que nos acompañaron en este viaje.