lunes, 30 de diciembre de 2013

PAN, EL HOMBRE CABRA. CAPRICORNIO.

LA LEYENDA DEL DIOS PAN.

Cuenta la leyenda que es hijo de Hermes y de Dríope. Otros dicen que es hijo de Penélope, la esposa de Odiseo. Otros, que su madre es la cabra Amaltea.
Se dice que cuando nació era muy feo. Tenía cuernos, patas de cabra, barba y cola. Su madre se asustó tanto que huyó despavorida al verlo. Otros dicen que era la nodriza. 
Hermes lo acogió con mucho cariño y lo llevó al Olimpo para que se divirtieran los dioses, ya que, era muy bullicioso, le gustaba el ruído y tenía una sonrisa preciosa. Vivía en la Arcadia y guardaba rebaños y colmenas. Los montañeses de Arcadia eran los más primitivos de Grecia y los civilizados los despreciaban a menudo. Homero lo vincula a la Madre Tierra, en su Himno invocando a la Musa de la Poesía, frente a la belleza y armonía propias del resto de los dioses. Lo menciona junto a las Ninfas, con la que está muy unido y comparte muchas fiestas con ellas.
Pan es caprípedo, bicorne y amante del ruido.
Este lado suyo salvaje de la naturaleza no oculta su refinamiento como dios.  La gran unión con las Ninfas de los Montes, en cuyas actividades corales participa por las praderas.
Pan significa TODO. Quizás, porque alegró a todos los dioses olímpicos.

El que por los valles arbolados camina en compañía de las ninfas hechas a la danza; ellas en las cimas rocosas, impracticables posan sus pies a Pan invocando, al dios pastor de brillante melena.
A veces, a la tarde, se le oye solitario de la caza tornando, mientras con unas cañas una música toca placentera; a éste no le aventajaría a melodioso el pájaro que, entre el follaje de la primavera rica en flores, su lamento derrama y vierte el dulce son de su canto.
Su mayor triunfo en el amor fue la seducción de Selene, que realizó disfrazando su piel de cabra velluda y negra con vellones blancos bien lavados. Sin darse cuenta de quien era, Selene cabalgó en su espalda y le dejó hacer lo que quiso con ella.
Apolo le sonsacó el arte de la profecía y Hermes copió una flauta que dejó caer Pan y se la entregó a Apolo, haciéndole creer que la había inventado él.



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