LA LEYENDA DE JACK Y SU LINTERNA.
El Día de Todos Los Santos es un día festivo en el que la comunidad cristiana recuerda a todos los Santos, conocidos y desconocidos; según el Papa Urbano IV, para compensar que no haya Santo sin fiesta propia en el calendario. En los países de tradición católica, se celebra el 1 de noviembre; mientras que en la Iglesia Ortodoxa se celebra el primer domingo después de Pentecostés; aunque también la celebran las Iglesias Anglicana y Luterana.
La vigilia en la noche anterior, coincide con la celebración pagana de Samhain el 31 de octubre, ahora llamado Halloween (nombre que proviene de la frase "All hallow's Eve" o "Víspera de Todos los Santos" entre los anglosajones), que marcaba el final del año celta. El fin del verano o noviembre. En esta fecha se celebraba entre los antiguos, la apertura dimensional entre el mundo tangible y el mundo de las tinieblas.
La palabra Samhain viene probablemente del viejo idioma irlandés, ya que los irlandeses que emigraban a EE.UU. siguieron su tradición en su nuevo país. Samhain quiere decir “fin del verano”. De Summer, SAM, y da el nombre al primer mes del año celta, que se llama “Samonios” en el lenguaje celta.
Sacerdotes druidas, operando como mediadores entre los dos mundos, se comunicaban con los antepasados muertos esperando ser guiados hacia lo imperecedero. Se creía que los “espíritus” de los ancestros venían en esta fecha a visitar sus antiguos hogares y de ellos se podían conseguir consejos y ayuda. Por eso, adornaban las casas con flores, hojas de roble secas y salvia. Pero sabían también que podrían visitar las casas los espíritus perdidos, y a éstos los ahuyentaban con máscaras y figuras siniestras.
La fiesta irlandesa en los Estados Unidos, en el siglo XIX, se mezcla con otras creencias indias. En esta secuela colonial, nace Halloween que incluye entre sus tradiciones, la conocida leyenda de Jack el irlandés. Sólo quedaba bautizar a la calabaza como “El candil de Jack”, es decir, “Jack el que vive en la lámpara” o, como se conoce actualmente, “Jack O’Lantern”.
En una lejana noche de Brujas, un pendenciero irlandés con fama de borracho, llamado Jack, tuvo la mala fortuna de encontrarse con el diablo en una taberna. A pesar del alcohol ingerido, Jack pudo engañar al diablo ofreciéndole su alma a cambio de un último trago.No tenía dinero y se lo pidió al diablo, que se convirtió en moneda para pagarle al tabernero.
Jack, tomó rápidamente la moneda y la puso en su bolsillo, junto a una cruz, así que el diablo se quedó encerrado en la moneda y no se pudo transformar en su estado original . Jack no lo dejaría escapar hasta que le prometiera no pedirle su alma en diez años. El diablo no tuvo más remedio que concederle su reclamación.
Pasado el plazo de los diez años, Jack se reunió con el diablo en el campo. El diablo iba preparado para llevarse su alma pero Jack pensó muy rápido y dijo:
Iré de buena gana, pero antes de hacerlo, ¿me traerías la manzana que está en ese árbol por favor?
El diablo pensó que no tenía nada que perder, y de un salto llegó a la copa del árbol, pero antes que se diese cuenta, Jack rápidamente había tallado una cruz en el tronco. Entonces el diablo no pudo bajar y él le obligó a prometer que jamás le pediría su alma nuevamente.
Cuando Jack murió unos años más tarde, no pudo entrar ni al cielo ni al infierno.
¿A dónde iré ahora? Preguntó Jack, y el diablo le contestó: Vuelve por donde viniste.
El camino de regreso era muy oscuro y el terrible viento no le dejaba ver nada. El diablo le lanzó a Jack un carbón encendido del infierno, para que se guiara en la oscuridad, pero necesitaba algo para poder llevar el carbón sin quemarse las manos, entonces, Jack lo puso dentro de una calabaza que le servía como linterna.
Ahora, en las tradiciones viajamos hacia el Sur, y citaremos las de Centro América
Cempachutli. “ Veinte flores”.
Xóchitl y Huitzilin se amaban desde que eran niños, juntos crecieron y con su amor, todas las tardes subían a lo alto de la montaña a llevarle flores a Tonatiuh, el padre sol, él parecía sonreír ante la ofrenda de los enamorados, y ellos juraron amarse más allá del tiempo, más allá de la distancia, más allá de la muerte.
Pero un día llegó la guerra y los amantes se separaron, pronto llegaron las noticias de que Huitzilin había muerto en la guerra, Xóchitl sintió que su corazón se desgarraba de dolor, subió a la montaña y le pidió a Tonatiuh, el padre sol, que la uniera por siempre con su amor, el sol conmovido extendió uno de sus rayos y al tocar a la joven la convirtió en una flor, de colores tan intensos como los mismos rayos del sol.
Luego llegó Huitzilin, en forma de un colibrí, y amoroso se posó en el centro de la flor, y al instante la flor se abrió en 20 pétalos, de aroma intenso y misterioso...Dicen que así nació la flor de Cempaxúchitl.
Ya se mencionaba en el Códice Florentino, del siglo XVI donde se indica su uso en rituales y también sus usos medicinales para afecciones oculares, malestares estomacales y enfermedades respiratorias. Otros historiadores, como Vicente Cervantes o Francisco Flores, también mencionan sus bondades relacionadas con el aparato digestivo, urinario e incluso para cicatrizar heridas, entre otros usos más.
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