martes, 22 de abril de 2014

EL SIGNO DE TAURO

LA POTENCIA DEL TORO







Es famosa la sensualidad del signo de Tauro. Signo de Tierra, de contacto, de materia, de raíces. Sólido, denso, de hábitos. El cambio no es lo suyo. Después de realizar el análisis de la energía de Aries, el que rompe, el que se lanza, el intrépido; la energía que vamos a analizar ahora es de permanencia, de estabilidad, de tierra.
Es manifiesto cómo esta importante Constelación de Tauro está estrechamente ligada con el sexo, en sus aspectos inferior y superior. Esta es la razón por la que se le ha llamado en algunos libros, "el signo de la generación", tanto terrenal como celestial. Hemos visto que el poder del signo de Tauro es el de la atracción. Necesidad de contacto, de sentir la materia, de conectar con el otro.
En la Torá, es la Luna de Iyar, la de Tauro. La Pasión de vivir. Estamos en el eje Tauro- Escorpio. El símbolo de este signo es el Toro, símbolo del trabajo, la mansedumbre de este animal utilizado en el arado, en la agricultura. Resistente y potente. Su bravura es indiscutible.

Este mes también es llamado el mes del Resplandor. En el Hemisferio Norte, el Sol se encuentra en su máximo resplandor, sin sentir todavía el intenso calor de los meses de verano. Los árboles manifiestan el brote de sus flores.
La amplia lección que se debe aprender en este signo, es lograr justa comprensión de la ley de la atracción y justo uso y control de la materia.
Cuando la mente entera de un hombre está ocupada con el pensamiento de las mujeres o viceversa; cuando él vive principalmente para satisfacer un deseo animal; cuando se encuentra incapaz de resistir la atracción de su polo opuesto, entonces es una víctima del sexo y está controlado por la parte más baja de su naturaleza, la animal.


Taurus, el TORO, fue probablemente una de las primeras Constelaciones que se nombraron y recuerda al animal domesticado y respetado más antiguo. La bestia y la constelación han sido deificadas en casi todas las civilizaciones conocidas antes de Cristo. Ésta es una elección apropiada para una zona del cielo remarcablemente rica, conteniendo quizá las estrellas más prominentes, las Pléyades, las Híadas y la Nebulosa del Cangrejo.
Seducción, jactancia y pasión. Apolo puso a Escorpión opuesto a Tauro, opuesto a Orión.

 Es un signo fijo, o sea, de ideas, lo que verdaderamente le interesa es la idea de bienestar, no la riqueza en sí misma. No es un signo activo y enérgico; su lema es “ El máximo beneficio con el mínimo esfuerzo”, y para que ello ocurra, hay que creer que la vida pondrá al alcance de uno, los recursos necesarios para generar esa realidad. Deseando hará que el ego realice sus más profundos sueños. Confía en la posibilidad de conseguir, y el ego entonces, es capaz de culminar sus expectativas, ya que creer es poder, y Tauro lo sabe. De ahí, su enorme testarudez, que si bien es cierta, es una característica de todos los signos fijos. Tauro cree en lo que hace, en sus valores personales, y en la estabilidad de la vida, no es posible la fe, y sin valores en lo que fundamentarse, tampoco. El signo es lento pero seguro. Aunque nuestra parte Tauro esté medio dormida, posee la memoria primaria, de que la vida puede ser mejor de lo que es. La cabeza genera ideas, y el cuerpo se moviliza para realizarlas; el cuello une la dirección con la realización. La capacidad de realizar lo que pensamos depende del cuello. El símbolo del signo es un toro, un animal lento, corpulento de poca agilidad, pero extremadamente noble. La sombra de Tauro proyecta sus fallos sobre cualquier cosa; la culpa es de todo el mundo, excepto suya; lo que sea carece de importancia.

Estamos ante un signo de simbología femenina. La fertilidad parece ser parte esencial de esta zona zodiacal, la vida que aporta la gran diosa en sus diferentes manifestaciones, como Luna o como Venus.
El Sol Invictus, el Sol Victorioso, como el Toro o Tauro, es un símbolo del Héroe vivo, ya que este signo está situado en la parte ascendente del año, cerca de donde el Sol va a alcanzar su plenitud. Por eso también simboliza la fuerza, fogosidad y fertilidad que genera la cercanía al climax del ciclo anual. Para algunos autores, el sacrificio del Toro expresaría la penetración del principio femenino por el masculino, origen y causa de toda fertilidad. Pero si nos atenemos al significado propio del sacrificio, es decir, al intercambio de energía creadora por energía espiritual, sabemos que, cuanto más precioso sea el objeto ofrecido, más poderosa será la energía recibida. Así el sacrificio del Toro significaría un deseo de la vida espiritual que permitiría al hombre triunfar sobre sus pasiones. El héroe Toro, con los cuernos de la luna creciente ( símbolo de la vida y fertilidad) sobre su cabeza. 

Si en Aries asumimos a nuestro guerrero, en Tauro necesitamos al Amante, nuestro lado femenino. Así, tenemos a Marte y Venus, juntos, señalando un claro despertar de lo instintivo, del Eros, producto del amor. El amor entre una diosa y un mortal, o entre un dios y una mortal, entre el cielo y la tierra, entre la cabeza y el cuerpo, función que cumple el cuello. Es la conexión de materia y espíritu. La letra hebrea VAV de Tauro tiene ese significado de conexión. Es un rayo de luz. Es la "y " castellana.La primera VAV de la Torá. " En el Principio, Dios creó los Cielos y la Tierra". Es la conexión de los mundos de arriba con los de abajo.

Otro aspecto de Tauro es su visión realista de la vida, limita su percepción a las cosas como son aparentemente, y no quiere profundizar en las realidades ocultas, el inconsciente, las emociones reprimidas, un mundo subterráneo que va más allá de las buenas intenciones taurinas. Si solo percibimos lo aparente, la vida es un verdadero laberinto sin salida, por ello Tauro debe aprender de la visión profunda y a veces retorcida de su signo Escorpio.



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