martes, 24 de diciembre de 2013

LA DIOSA HESTIA EN GRECIA Y VESTA EN ROMA.

La gloriosa Hestia es la única de los Olímpicos que no interviene en luchas ni en disputas. Además,siempre se ha resistido a las invitaciones amorosas de los dioses y Titanes. Ella juró por la cabeza de Zeus mantenerse siempre virgen. Mantenía la paz del Olimpo.
Es la diosa del Hogar y en todas las viviendas particulares y casas municipales protegen a los suplicantes que acuden a ella en busca de protección. Hestia es objeto de veneración universal, no sólo por ser la deidad más benigna, recta y caritativa de todas las Olímpicas, sino también por haber inventado el arte de la construcción de casas; su fuego es tan sagrado que si se enfría un hogar, ya sea por accidente o en señal de duelo, se reavivan las llamas con la ayuda de una rueda de encender.
El centro de la vida griega era el hogar doméstico, considerado también como altar de los sacrificios. Hestia, como su diosa representaba la seguridad y la felicidad personales y sagrado deber de la hospitalidad.
Era la diosa protectora de Roma, protegía al Estado, la RES - PÚBLICA ( COSA PÚBLICA).Siendo una de las diosas más antiguas, hija de Rea y Cronos, era la protectora de la humanidad. Está relacionada con las doncellas que debían mantener el fuego eterno; eran reclutadas a la edad de diez años para mantener encendida la llama del Templo de la diosa. En el hogar familiar, la chimenea, no sólo se cocinaban los alimentos sino que también la cabeza de familia realizaba oraciones y sacrificios. Vesta se representaba como una mujer de gran belleza que portaba un cuenco en una mano y una antorcha en la otra. Los ritos para invocarla se hacían a través de la Ceremonia del Fuego. Se dice que basta prender una vela color naranja en su nombre para sentir su presencia, amistosa y cálida.

EL FUEGO SAGRADO.

En los poblados antiguos de muchas razas y culturas se solía mantener un fuego común.
El fuego se hallaba siempre disponible para el caso de que en algún hogar se apagase. Entonces había mucha dificultad para encender el fuego, era sinónimo de familia y de unidad. Era normal que el fuego estuviese custodiado por las mujeres jóvenes de las aldeas, que todavía no se habían casado y no tenían hogar que atender.
La vírgenes Vestales tenían gran prioridad y prestigio en la sociedad. Eran respetadas y adoradas por todos los ciudadanos romanos. Su sola presencia por el camino de un condenado a muerte era suficiente para que se le absolviera y se le perdonara la vida. La vestimentas de una Vestal eran del más fino lino de color blanco.






JEAN RAOUX

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