sábado, 22 de febrero de 2014

LA ENERGÍA DE PISCIS



Mitología:

Durante la cruenta batalla contra los Titanes, Afrodita y su hijo Eros fueron sorprendidos por uno de ellos, Tifón. La diosa, asustada intentó esconderse entre los cañaverales del río Éufrates. Aquí, desembocaron dos versiones: una, que dos peces guiaron a los dioses para salvarlos, y otra que se convirtieron en dos peces, de ahí que estén unidos por un cordón, que ella ataría a su hijo al cuerpo para nadar  de forma más rápida y segura.
También hay relación entre Piscis y las sirenas, genios marinos con rostro de mujer y cola de pez. Estas residían en una isla del Mediterráneo cerca de Sicilia y atraían con irresistible música a los navegantes para devorarlos. Sin embargo, Los Argonautas pasaron ilesos porque en su barco iba Orfeo, que con su música logró encubrir la de las sirenas, salvando así su embarcación. Simbolizan la ilusión, el engaño y el subconsciente.

Características astrológicas:



             Piscis es un signo mutable, ya que la naturaleza es cambiante, como el vasto océano. A lo largo del año éste presenta días donde la calma reina y las aguas son tranquilas, apetecibles para nadar. Pero también hay días donde el mar es tormentoso y evidencia su temperamental humor, impredecible.
Los rasgos de búsqueda y el sacrificio son dos cualidades que confluyen en este signo acuático, como los grandes exploradores de los mares, Piscis nunca se cansa de buscar. Quizás, esto, junto a otros motivos, los haya catapultado como el signo más elevado y conectado con el plano superior de la consciencia humana.
             En esta vida terrestre, los piscianos lo tienen muy complicado, se lo tienen que trabajar mucho. Venimos de un mundo líquido, amniótico, en el vientre de nuestra madre, con la sensación de unidad, de armonía con el todo. En el parto, pasamos de habitar el paraíso a salir de él con dolor, experiencia traumática. Pasamos a experimentar la individualidad, separados del Todo, de la Unidad.
              Nos pasamos la vida anhelando ese estado, queremos volver a ese estado tan gratificante, y en la Tierra no hay nada que te haga sentir esa sensación, ese bienestar, allí, en el mundo del que has venido, las formas se disuelven y no hay sufrimiento, todo se diluye.
                Si no tomas las riendas de esta nueva vida, si no te haces cargo de ti mismo, si buscas en lo externo la salvación, un redentor, un gurú o que el Estado te lo resuelva, te vas a decepcionar de todo. Ahí está el peligro, aquí nace la víctima que busca constantemente al salvador, y llegas a un callejón sin salida; ¡por esta senda no! Buscas otra. Neptuno nos dice que esta es la realidad donde estamos viviendo y te muestra la herramienta para seguir viviendo, la confianza en la vida que es nuestra maestra, nos va enseñando a vivir y no te puedes negar. Si te opones, vas a perder, es mejor abandonarse, dejarse llevar. El marino, en una tormenta, habitando en un pequeño cascarón en la gran inmensidad del mar, sabe que es ridículo oponerse, entonces se abandona, se ata al mástil y se abandona al destino. Ya llegará la calma. Todo lo que pueda suceder estará bien, será lo que tenga que ser. La vida sabe más de lo que yo creo saber. Ahí está la sustancia de Neptuno, una común unión con la tormenta, adentrarnos en ella. es el regalo de trascender, pero no huyendo sino integrando. 

“La meditación, cuando es correctamente llevada a cabo, es un arduo trabajo mental, pues significa orientar la mente en dirección al alma. Significa que cuando hayan aprendido a enfocar su mente en el alma, deben sostenerla firmemente, allí; y cuando hayan apren­dido a hacer eso, deben aprender a escuchar en su mente lo que el alma les está diciendo. Luego deben aprender a recibir lo que el alma les ha dicho, y formar con ello palabras y frases y volcarlo al cerebro que está aguardando. Eso es la meditación, y es siguiendo ese proceso que llegarán a ser un servidor del mundo, pues entonces serán la fuerza de lo que han llevado a cabo. Automáticamente se encontrarán protegidos por ese Gran Uno cuya misión es levantar a la humanidad de la oscuridad a la luz, de lo irreal a lo real”. Alice Bailey.




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