miércoles, 12 de marzo de 2014

ULISES Y PISCIS.

ODISEO Y PENÉLOPE. LA ODISEA DE HOMERO.






Neptuno es un dios rabioso y vengativo en algunas ocasiones. Tendemos la tendencia a ignorar este aspecto del Océano y asociar al signo de Piscis a los aspectos profundos y soñadores del mar. Cualquier marinero que haya dedicado su vida profesional al mar nos podrá decir que el océano contiene una fuerza poderosa que no puede ser analizada de una manera liviana; y ante todo, debe ser respetada.
Carl Jung dice que el océano simboliza la mente grupal o el Inconsciente Colectivo. La posición de Neptuno en nuestro mapa celeste muestra el área de la vida en que tenemos más probabilidades de entrar con las imágenes y arquetipos primordiales del Inconsciente Colectivo. Los artistas y místicos son capaces de llegar a ese profundo océano de imágenes y sueños. Es exactamente en esas profundidades donde se reúnen todas
esas visiones, poemas, pinturas o sinfonías que nos fascinan y deleitan.
Un buen ejemplo de visionario pisciano es Edgar Cayce, que era capaz de entrar en contacto con un estrato profundo del Inconsciente Colectivo cuando dormía. Hemos visto muchos piscianos afinados a su mundo interior y por eso han sido guiados a producir obras de arte magníficas, que nos siguen deleitando.
Michelángelo, Antonio Vivaldi, Albert Einstein.
El pisciano puede ser influenciado fácilmente y se puede perder en ese mar y manifestar un punto de vista intuitivo de las realidades un tanto inapropiado o sencillamente, errado. Muchos piscianos ven cosas que otros son incapaces de ver, por lo tanto, siempre balancea entre dos mundos, el reino terrestre que parece estar de acuerdo con las otras personas y el reino cósmico, del que los piscianos son conscientes.
Este dilema es representado por la figura de dos peces nadando en direcciones opuestas atados por una cuerda. Uno de ellos busca la dirección espiritual y el otro se preocupa por los asuntos del plano material. Esto supone el conflicto, la base de las tempestades. El objetivo final es tener a los dos peces alegres, energéticos y saludables, nadando alegremente en círculos, como los delfines, que es otro símbolo apropiado de Piscis. Es el estado saludable del equilibrio.


La Fe absoluta y la Confianza en el Universo es el mayor desafío que los peces encaran y también su mayor fuerza.
Odiseo ( Ulises), cuya historia es narrada de forma elocuente en la Odisea de Homero, es un arquetipo adecuado para todos los signos mutables. Es el más mercurial de todos los héroes griegos, ya que resolvía problemas con la mente, no con la fuerza bruta. Su esposa, Penélope personifica la contención silenciosa de Virgo. Le decía a sus pretendientes, durante la larga ausencia de su esposo, que escogería un nuevo marido cuando terminase de tejer una mortaja. Cuando llegaba la noche destejía todo lo que había tejido durante el día. Así, con infinita paciencia, esperaba el retorno de su esposo Odiseo. Durante ese tiempo, que fueron veinte años, el héroe navegaba por aguas inexploradas, un aventurero filosófico al modo sagitariano, pero Sagitario no se preocupa del destino y Odiseo incorpora el aspecto pisciano en sus ansias por volver a casa, que es el último estadio del mandala astrológico, volver al alma. Odiseo errante desea volver a su lugar de origen. El siempre intenta mantener su objetivo, pero está perdido en un mar de confusión provocado por atascos y desafíos.
Odiseo luchó en la Guerra de Troya durante diez años, dejando al hijo y a la mujer en Itaca. Estaba cansado de tanta batalla y quería descansar, por eso zarpó después de la guerra y entonces, se encontró con una aventura detrás de otra, navegando por mares tempestuosos, encontrándose con todo tipo de criaturas. Este es el mundo en que los piscianos se encuentran con frecuencia. La fuerza de Odiseo se encontraba en su fe interior, como Hércules usaba la fuerza que emanaba de sus músculos para obtener la victoria.


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