CONSTELACIÓN COLUMBA, LA PALOMA.

LEYENDA DE LAS SIMPLÉGADES O ROCAS CIANEAS

Nos encontramos en el Hemisferio Sur de la zona de Géminis y no podía faltar el ave mensajera, la Paloma, Columba. Observamos, más hacia el Sur, el norte en la imagen a la estrella Canopus de la Constelación de Carina, que es la quilla de la Nave de Argos, de la que nos ocuparemos en otra entrada.

Columba, la Paloma, es una Constelación situada en el Hemisferio Sur que abarca un área de 270º cuadrados. En el año 1603 apareció en el atlas de las estrellas " Uranometría" de Johann Bayer. Antiguamente a este catálogo, los astrónomos la situaban dentro de la Constelación de Coma Berenices.

Phact es la estrella más brillante de Columba, deriva de la palabra árabe Al Fakhita ( la paloma) o " anillo de la paloma". Otra de las estrellas es Ghusn Al Zaitun, en árabe, " la rama de olivo".

Se la relaciona con la paloma que mandó Noe para comprobar que las aguas del diluvio se habían retirado.

En la Mitología Griega, es la paloma que soltaron desde la proa de la Nave de Argos. Apolodoro nos lo cuenta así:

" Fineo mostró la ruta a los Argonautas y los previno acerca de las Simplégades, unas rocas de mar. Estas eran enormes y al chocar una con otra por la fuerza del viento obstruían el paso. Las envolvía una niebla espesa en medio de gran estruendo; ni las aves podían pasar entre ellas.

Fineo les dijo que soltaran una paloma entre las rocas y que si la veían cruzar incólume navegaran sin miedo, pero que si perecía, no intentasen pasar. Oído esto se hicieron a la mar y, al acercarse a las rocas, soltaron una paloma desde proa, que, el choque de las rocas cortó la punta de su cola. Esperando atentos, pues, que las rocas se separaran, con vigorosos golpes de remos y ayudados por Hera lograron pasar, rompiéndose los adornos de popa de la nave. Desde entonces las Simplégades se fijaron, pues estaba destinado que si una nave conseguía pasar entre ellas, quedarían inmóviles".

Algunos sitúan las Simplégades en el Estrecho del Bósforo, actualmente lo domina la ciudad de Estambul, antigua Constantinopla, en Turquía.

También cita estas rocas vagabundas Homero en su Odisea. La hechicera Circe advierte a Odiseo acerca de " las rocas que vagan".

El Aplustre, situado en la popa de estos barcos era un apéndice ornamental hecho con maderas de colores que se extendía como un abanico, curvado, simulando las plumas de las aves, quizás recordando esta leyenda, la de la paloma que perdió las plumas de la cola.