lunes, 19 de mayo de 2014

LA ENERGÍA DE HERMES GRIEGO Y MERCURIO ROMANO

EL MENSAJERO DEL OLIMPO





"Hermes es hijo de Zeus y de Maya, la hija de Atlante, la cual dio a luz en una cueva del monte Cilene, en Arcadia. El es el resultado de una de las violaciones de su padre Zeus. Maya era un título de la diosa Tierra como Vieja".. ( Robert Graves, en Mitos Griegos).
Antes de ser dios de los griegos, era un pilar o un montón de piedras con forma de falo, siendo el centro de una danza orgiástica en honor de la diosa de la Tierra. Los griegos tenían la costumbre de adueñarse de las diosas y hacer desaparecer el culto, que transformaban posteriormente en dioses.
Un pilar clavado en la Tierra siempre ha sido el culto a la Madre, la fertilidad.
Las Hermas eran bazas cuadrangulares sobre las que se elevaba la cabeza de Hermes, eran los mojones de los caminos que se colocaban en las encrucijadas para guiar a los caminantes. Los mojones parecidos a un gran pene ahuyentaban todos los males. En estas bazas cuadradas, más o menos en su mitad, se esculpía el órgano sexual.
El nuevo dios Hermes nació realmente sobre el 520 a.C., cuando se le representa en su figura completa y ya se le concedió mitología propia.
Hermes era el niño mimado de Zeus, un niño muy travieso que no podía estar quieto ni un solo momento. Podía estar en todas las estancias del Olimpo a la vez. Era incansable y parecía que volaba de lo rápido que era. Preguntaba sin cesar, quería saberlo todo. A Zeus se le terminó la paciencia y lo envió a la Tierra para que se formara en su juventud; resolvió que le hacía falta tener experiencias duras para que pudiese madurar y no dudó en enviarlo a la escuela de la Tierra.



Hermes- Mercurio fijó su residencia en Tesalia. Por allí, Apolo, que también fue desterrado del Olimpo, se dedicaba a guardar el ganado del rey y mientras tocaba la flauta, Hermes aprovecho para llevarse el rebaño y lo escondió en un bosque. Temiendo que lo descubrieran ideó una manera de no dejar huellas y con las cortezas de un roble caído envueltas con ramas, las ató a las pezuñas de las vacas.
Apolo, cuando descubre el robo del ganado lo buscó sin cesar y siendo infructuosa la búsqueda, ofreció una recompensa a quien lo encontrase. Sileno y los sátiros se enteraron del ofrecimiento de la recompensa y viajaron en varias direcciones, hasta que, en Arcadia escucharon una música que nunca habían escuchado antes. Preguntaron a la ninfa Cilene, que se encontraba en la puerta de una cueva y les dijo que estaba haciendo de niñera de un chico extraordinario que apareció por allí misteriosamente; les dijo que la música provenía de un instrumento musical que el chico con su agudo ingenio había construido con la concha de una tortuga y algunas tripas de vaca. Al escuchar a Cilene lo de las tripas de vaca, le preguntaron de donde las había conseguido y Cilene, enojada, defendió a su chico de la posible acusación.
Al comunicarle la sospecha de los sátiros a Apolo, se llevó a Hermes al Olimpo y lo acusó del robo del ganado. Zeus, no creyó estas acusaciones e instó a Hermes para que declarase su inocencia; hasta que flaqueó y confesó  Le dijo a Apolo, con su elocuencia y encanto que sólo había matado a dos y que las había dividido en doce partes iguales como sacrificio a los doce dioses y Apolo, le dijo: Cómo que en doce partes si sólo somos once? Y él contestó: El que falta soy yo, tu servidor, modestamente. Sólo comí mi parte, aunque tenía hambre para una entera. Todos se quedaron maravillados con esta respuesta y su poder de convicción; hasta tal punto quedo convencido Apolo que hizo un pacto con él y le dijo que olvidaría estos hechos si le regalaba la lira de 7 cuerdas y que él le regalaría también una vara que tenía la propiedad de apaciguar las disputas y reconciliar a los enemigos. Hermes- Mercurio, para probar la validez de sus palabras, la puso entre dos serpientes que luchaban entre ellas ferozmente y éstas se enroscaron en ella, siendo el origen de su famoso Caduceo, símbolo de las dos energías, positiva y negativa, que también acompañarán al joven Hermes siempre.




Zeus advirtió a Hermes que en adelante debía de respetar los derechos de la propiedad y abstenerse de mentir, pero en el fondo se había divertido mucho con el chiquillo. Hermes le contestó: Padre, hazme tu Heraldo y me haré responsable de toda la seguridad la propiedad divina, aunque no puedo prometerte que siempre diré la verdad. Su padre le dijo: De acuerdo, te encargarás de concluir Tratados, de la promoción del Comercio y el mantenimiento de la libertad de tránsito de los viajeros por todos los caminos del mundo.
Hermes aceptó las condiciones y Zeus le entregó el báculo de Heraldo con cintas blancas que todos debían de respetar, un sombrero redondo para resguardarse de las inclemencias del tiempo y unas sandalias aladas para llevar los mensajes con la rapidez del viento. Desde entonces, está siempre muy ocupado y todos los dioses le felicitan por la rapidez en que manda sus mensajes. Hace de espía, de embajador y está siempre de correrías y de aventuras.




Posteriormente, mantuvo relaciones también con el reino de Hades en el inframundo, ya que también se encargaba de acompañar a las almas desencarnadas hasta allí, en el final de sus días.

1 comentario:

  1. Me ha gustado mucho la historia de Mercurio. Muchas gracias.

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